La terapia individual para adultos es un espacio para detenerse, mirarse y comprenderse en profundidad. A lo largo de la vida atravesamos momentos de cambio, crisis o incertidumbre que nos invitan a cuestionarnos, revisar nuestra historia y buscar nuevas formas de estar en el mundo. La terapia se convierte entonces en un acompañamiento que permite dar sentido a lo vivido, resignificar el pasado y construir mayor bienestar en el presente.

Desde una mirada sistémica, entendemos que cada persona forma parte de distintos vínculos y contextos —familia, pareja, trabajo, amistades— que influyen y son influenciados por nuestras emociones, pensamientos y conductas. Por eso, el proceso terapéutico no se centra únicamente en el individuo, sino también en cómo se relaciona y se posiciona dentro de sus sistemas, promoviendo una comprensión más amplia de sí mismo y de sus relaciones.

Este espacio busca favorecer una mayor conciencia personal, fortalecer los recursos internos y abrir caminos hacia una vida más auténtica, equilibrada y coherente con los propios valores y necesidades