La terapia individual para adolescentes es un espacio de acompañamiento y comprensión en una etapa de la vida marcada por grandes cambios, preguntas e intensidad emocional. Desde una mirada sistémica, entendemos al adolescente como parte de distintos vínculos y contextos —familia, amistades, escuela, redes sociales— que influyen en su manera de sentirse, pensar y actuar.

Se trabaja en la comprensión de los propios recursos y dificultades, desarrollando habilidades para comunicarse, tomar decisiones y afrontar los desafíos propios de esta etapa de crecimiento.

La terapia puede ser especialmente útil cuando se presentan situaciones como:

  • Cambios bruscos en el estado de ánimo, irritabilidad o retraimiento.

  • Dificultades en las relaciones familiares, sociales o escolares.

  • Ansiedad, inseguridad, estrés o falta de motivación.

  • Conflictos en la construcción de la identidad o la autoestima.

  • Procesos de duelo, separación o cambios familiares.

  • Problemas de comunicación o adaptación a nuevas etapas.

Más que centrarse únicamente en los síntomas, la terapia busca comprender el contexto emocional y relacional en el que surgen las dificultades, para ayudar al adolescente a sentirse escuchado, comprendido y acompañado en su proceso de desarrollo personal.